El efecto Abu Grhaib

 

Sinopsis del libro

Las fotografías realizadas por civiles, soldados y mercenarios en la prisión de Abu Ghraib horrorizaron a gran parte del mundo cuando fueron difundidas y publicadas por vez primera en la primavera de 2004. Yo también me sentí consternado pero, como historiador del arte, mi indignación vino acompañada de un shock producido por cierto reconocimiento: a pesar de que estas brutales imágenes de una prisión en el Irak ocupado no son obras de arte (de hecho, estaban destinadas a ser vistas solamente por un puñado de personas), sin embargo, evocaban de forma insistente valiosas esculturas y pinturas de un pasado lejano. Los prisioneros en Abu Ghraib estaban expuestos en la misma postura subordinada con la que se representó a los guerreros derrotados en las esculturas griegas helenísticas; los desnudos presos de la “guerra global contra el terror” estaban posicionados (como en un tableau vivant) del mismo modo que los esclavos amarrados de Miguel Ángel; los cuerpos angustiados evocaban a los santos martirizados de las iglesias barrocas. En resumen, los musulmanes de nuestra época parecían haber sido transportados –encapuchados y encadenados– al marmóreo altar de Pérgamo en Berlín, a las colecciones del Louvre en París o al crucero de la Basílica de San Pedro en Roma. La semejanza era involuntaria o ¿podría existir un vínculo entre estas formas tan distantes temporal y culturalmente? ¿Existía quizás un imaginario visual común subyacente a estos diversos objetos e imágenes?

Autor: Sthepen F. Eisenman

Año: 2014

Editorial: Sans Soleil

 

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