Cultura Visual Prehistórica

Esta línea de investigación estudia los mecanismos perceptivos y cognitivos involucrados en la creación y percepción de imágenes en la cultura visual prehistórica, desde una perspectiva interdisciplinaria que articula los aportes de la neurociencia cognitiva, la antropología de la imagen y las tecnologías digitales. Este enfoque interdisciplinario combina herramientas digitales como la fotogrametría, modelado 3D, inteligencia artificial y realidad virtual para el recrear entornos arqueológicos en condiciones similares a las originales, integrando factores como iluminación, geomorfología y textura de las superficies rocosas.

La revisión de los estudios sobre el arte rupestre, junto con la incorporación de herramientas digitales y enfoques interdisciplinarios, ha permitido una renovación teórica que ha desplazado el foco de atención desde la interpretación aislada de figuras hacia la experiencia sensorial y el entorno en el que estas imágenes fueron producidas y percibidas (Renfrew, 2008; Conkey, 2007; Davis, 1986; White, 1992; Moro Abadia y González, 2006; Lewis-Williams, 2002; Alpert, 2009; Cook, 2013; Davis, 2011; Onians, 2024; Garate, 2007; Forte, 2023; Cometa, 2024). Estos estudios proponen no perder de vista la compleja relación entre los grupos, los espacios y el entorno, considerando tanto la ecología y epistemología de las manifestaciones visuales prehistóricas (Fowles y Alberti, 2018), como la reevaluación de las relaciones entre personas, cuerpos y materiales (Ingold, 2013; Jones y Cochrane, 2018). La convergencia entre realidad virtual y neurociencia abre nuevas perspectivas para una comprensión más profunda de cómo la materialidad y el espacio desempeñaron roles clave en la configuración de las prácticas visuales de las primeras comunidades humanas.

Los estudios desde el campo de la neurociencia cognitiva en arqueología ofrecen una nueva perspectiva para comprender las manifestaciones visuales prehistóricas (Renfrew, 2008; Lewis-Williams, 2002; Alpert, 2009; Cook, 2013; Davis, 2011; Onians, 2024; Forte, 2023). La neurociencia puede desempeñar un papel clave, ofreciendo una comprensión biológica de la actividad mental humana y de la creación de imágenes desde una perspectiva relacional. Los avances recientes en el conocimiento sobre cómo el cerebro se ve afectado por el entorno al que está expuesto permiten investigar de que modo el ambiente y sus recursos pudieron influir en la fabricación de estas imágenes, a partir de inclinaciones motrices y preferencias visuales, basadas en la plasticidad neural y las neuronas espejo (Onians, 2024). Este enfoque permite formular nuevas preguntas e hipótesis sobre las actividades mentales detrás de las similitudes y diferencias en las marcas dejadas por distintos grupos en diferentes momentos históricos sobre las paredes de roca.

Esta nueva perspectiva interdisciplinaria permite complejizar el fenómeno de la visualidad prehistórica asumiendo que la experiencia es un hecho multisensorial (Garate, 2007) que va más allá de las figuras representadas en las peredes de roca o los objetos y se relaciona con los aspectos cognitivos, el espacio, el tipo y superficie de las rocas, la iluminación y las dificultades de la geomorfología de la cueva. Un enfoque interdisciplinar de las manifestaciones visuales prehistóricas en articulación con los aportes de las nuevas tecnologías digitales permite reconstruir los entornos originales ofreciendo experiencias inmersivas e interactivas para su estudio. Como señalan Torres et al (2024) este tipo de recreaciones permite examinar las representaciones paleolíticas en condiciones muy semejantes a las originales incluyendo aspectos espaciales, lumínicos y el estado original de los grafismos (Hoffmeister, 2017; Wisher & Needham, 2023; Gutierrez De Angelis y López de Munain, 2021).

Al analizar las incisiones y pinturas, así como las superficies donde fueron realizadas, podemos explorar cómo sus formas, tamaños y texturas pudieron haber sugerido diversos modos de uso, como cortar, tallar o pintar. En particular, el estudio del arte rupestre en cuevas kársticas abre nuevas vías de investigación. La espacialidad única, las condiciones acústicas y de iluminación de estos entornos naturales pudieron haber influido profundamente en la creación y percepción de las manifestaciones visuales. Gracias al uso de tecnologías avanzadas como la fotogrametría, el escaneo láser y la Realidad Virtual (VR), hoy en día es posible simular estos entornos con una precisión notable, lo que permite a los investigadores experimentar y analizar cómo los artistas prehistóricos pudieron haber interactuado con la dinámica espacial de las cuevas. Estas tecnologías también hacen posible investigar la experiencia sensorial asociada a estas obras, revelando cómo factores ambientales como la oscuridad, el eco o las fuentes de luz natural pudieron influir en la percepción de las imágenes.

Asimismo, al estudiar la disposición de los asentamientos antiguos, las reconstrucciones digitales permiten examinar cómo la organización de las estructuras y los recursos naturales pudo influir en las actividades cotidianas y las interacciones sociales de las personas que allí vivían. El enfoque neurocognitivo amplía esta comprensión, ofreciendo una visión más completa de cómo los seres humanos antiguos interactuaban con su entorno material, adaptándose a sus necesidades y habilidades físicas. Esto contribuye significativamente a nuestra interpretación de la cultura visual de las sociedades prehistóricas, proporcionando claves sobre cómo los factores ambientales y neurológicos moldearon tanto la creación como la recepción de sus expresiones artísticas. La integración de nuevas tecnologías y la neurociencia en el estudio de estos sitios antiguos abre la puerta a una comprensión más profunda de cómo la materialidad y el espacio desempeñaron roles clave en la configuración de las prácticas visuales de las primeras comunidades humanas.

 

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